La incertidumbre derivada del conflicto en Ucrania, el contexto de inflación y la consiguiente subida de tipos de los Bancos Centrales, que ha provocado el ascenso del Euribor, supone un reto importante para todas las compañías, que vamos a tener que adaptarnos a una situación con una casuística y unas dificultades sin precedentes.
Pese a que no se espera una recesión inminente, los riesgos para el entorno operativo y los perfiles crediticios de las entidades están “sesgados a la baja”. En base a esto, a lo largo de estas semanas se han ido haciendo públicos las actualizaciones que las entidades de rating han aplicado a nuestro sector.
En esta línea, la agencia de rating DBRS Morningstar ha publicado su revisión con respecto a UCI, en la que mantiene una calificación A (low) de emisor a largo plazo y la calificación de emisor a corto plazo en R-1 (low). Esta asignación de rating es igual a la que hemos obtenido anualmente desde el 2018 hasta la actualidad, un hecho que demuestra la buena situación financiera de UCI y el respaldo por parte de nuestros accionistas, BNP Paribas y Banco Santander.
De hecho, DBRS señala que la reciente ampliación de capital demuestra la voluntad, la confianza y la capacidad de nuestros accionistas para brindarnos respaldo de capital y por este motivo las calificaciones de UCI están posicionadas varios escalones por encima de lo habitual.
DBRS señala además que la rentabilidad de UCI está altamente concentrada en los ingresos por margen financiero, por ser una entidad financiera especializada en la concesión de hipotecas con un modelo de negocio que está respaldado por una red de agencias eficaces y rentables.
Fitch Ratings, por su parte, ha afirmado las calificaciones en ‘BBB’ con Outlook estable. Destacan el amplio historial de apoyo financiero por parte de nuestros accionistas Santander y BNPP, en la última ocasión para apoyar el cumplimiento de los nuevos requisitos de liquidez introducidos en 2022 por el Banco de España.
