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Actualidad

Planificación financiera para el verano: cómo disfrutar sin que tu cuenta sufra

05 JUN. 2025
TIEMPO DE LECTURA:  3 minutos
ESCRITO POR COMUNICACIÓN CORPORATIVA
El verano está a la vuelta de la esquina y, con él, llegan las vacaciones, los planes improvisados, los viajes y los gastos extra. Todo suena muy bien… hasta que llega septiembre y tu cuenta bancaria es un drama. Pero no te preocupes: una buena planificación financiera estival puede ayudarte a disfrutar sin sobresaltos. En este artículo te contamos cómo organizar tu dinero antes, durante y después del verano para que puedas desconectar con la tranquilidad de que todo está bajo control. Sigue leyendo y prepárate para un verano sin sobresaltos financieros.

¿Por qué es importante planificar tus finanzas en verano?

El verano es, junto con las navidades, una de las épocas del año con más gasto extra. Según varios estudios, muchas personas gastan entre un 30% y un 50% más en los meses de verano que durante el resto del año. Comidas fuera de casa, viajes, gasolina, actividades para los niños, rebajas, ocio… todo suma. Sin embargo, muchos no lo tienen en cuenta hasta que ya es tarde. Por eso, una buena planificación financiera veraniega no solo te ayuda a evitar endeudarte, sino que también te permite disfrutar más sabiendo que tienes todo organizado.

1. Define tu presupuesto de verano

Antes de empezar a gastar, lo primero es saber cuánto puedes gastar. Haz una revisión rápida de tus ingresos y gastos fijos mensuales. A partir de ahí, define cuánto puedes destinar al verano sin comprometer tus finanzas de los meses siguientes. Si puedes, separa ese dinero en una cuenta o subcuenta específica para que no se mezcle con otros gastos del día a día. Para hacerlo puedes ayudarte de herramientas digitales. Muchas apps de finanzas ( y de tu banco) te permiten crear presupuestos, revisar categorías de gasto o incluso abrir subcuentas para distintos objetivos. Así, todo está más claro desde el principio.

2. Prioriza tus planes y decide en qué sí (y en qué no) vas a gastar

Haz una lista de todo lo que te gustaría hacer este verano: vacaciones, escapadas, festivales, comidas especiales, actividades con niños, etc. Después, pon prioridades: ¿qué planes son imprescindibles y cuáles pueden esperar? No se trata de renunciar, sino de tomar decisiones conscientes que se ajusten a tu presupuesto.
Este ejercicio te ayuda a distinguir entre el “quiero” y el “puedo”, y evitar que acabes gastando en cosas que, realmente, no eran tan importantes.

3. Compara antes de reservar

Ya sea un vuelo, un hotel, una excursión o incluso un coche de alquiler, comparar precios siempre compensa. A veces, reservar con antelación puede suponerte un ahorro importante. Otras veces, esperar al último momento te permite aprovechar una buena oferta. 

También puedes utilizar comparadores de precios, webs de cashback, cupones o códigos promocionales. Y si viajas en grupo, investiga descuentos para familias, parejas o grupos.

4. Evita las compras impulsivas (sobre todo en rebajas)

El verano coincide con rebajas y eso significa tentaciones por todas partes. Comprar sin pensar es uno de los mayores enemigos de tu presupuesto.
Antes de comprar algo, hazte estas tres preguntas: ¿Realmente lo necesito?, ¿voy a usarlo más de una vez?, ¿está dentro de mi presupuesto?

Planifica incluso tus compras: si sabes que necesitas algo (por ejemplo, un bañador nuevo o unas zapatillas), inclúyelo en tu presupuesto y busca el mejor momento para comprarlo.

5. Controla tus gastos mientras disfrutas

Planificar no significa limitarse sino tener el control. Una vez comience tu verano, dedica unos minutos a la semana para revisar tus movimientos. Ver cómo vas te ayudará a no pasarte y a tomar decisiones a tiempo si es necesario. Si tienes una app bancaria que clasifica tus gastos por tipo (ocio, transporte, alimentación…), mejor aún.

Puedes utilizar el “método del sobre digital” creando pequeñas subcuentas para ocio, restaurantes, transporte, etc., y gasta solo lo que hay en cada una. Es la forma moderna del clásico “sobre con dinero en efectivo”.

6. No te olvides del colchón de seguridad

Aunque sea verano, tu fondo de emergencia no está de vacaciones. Evita tocar ese colchón que tienes para imprevistos. Si necesitas más dinero para un gasto concreto, mejor reajusta el resto de partidas antes que vaciar tu reserva de seguridad.
Tener un fondo de emergencia te protege ante cualquier contratiempo: desde una cancelación de viaje hasta una avería del coche.

7. Si vas a financiar algo, que sea con cabeza

Hay momentos en los que puede tener sentido financiar una parte de tus vacaciones o un gasto mayor (por ejemplo, un viaje especial o un curso de verano). Pero, si lo haces, asegúrate de que podrás asumir las cuotas sin dificultad. Revisa las condiciones, el tipo de interés y, sobre todo, que no afecte a tu estabilidad financiera después del verano.

8. Prepara la vuelta con antelación

La cuesta de septiembre puede ser dura si no la tienes en cuenta. Matrículas, libros, uniformes, vuelta al trabajo… Todo se junta. Por eso, si puedes, deja algo reservado para la vuelta. Incluso puedes adelantar algunas compras o pagos importantes antes de irte de vacaciones, cuando todavía tienes el control total de tu presupuesto.

9. Aprovecha el verano para revisar tus finanzas

El verano también puede ser un buen momento para hacer revisión. Una tarde tranquila puede ser perfecta para reorganizar tus cuentas, revisar tus seguros o pensar en nuevos objetivos de ahorro.: ¿estás ahorrando lo suficiente?, ¿tienes algún gasto fijo que podrías renegociar o eliminar?, ¿tus objetivos financieros siguen vigentes? 

En definitiva, la clave para un buen verano no está en gastar más, sino en gastar mejor. Con una buena planificación financiera estival, podrás disfrutar de tus vacaciones, hacer esos planes que tanto te apetecen y volver en septiembre con las cuentas en orden. Y recuerda: organizar tus finanzas no significa renunciar, sino elegir con libertad y seguridad.
 
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