A pesar de que los precios están subiendo de forma generalizada en la mayoría de los sectores, incluido en el inmobiliario, lo cierto es que este mercado no se resiente en lo que se refiere al número de operaciones cerradas. Así lo afirma el INE en sus últimos datos, que revela que las compraventas de viviendas en el pasado mes de septiembre crecieron casi un 7% interanual, mientras que este incremento sube al 10% si se habla de la vivienda usada.
De hecho, buena parte de este crecimiento de la venta de vivienda de segunda mano se debe al empuje de las agencias y profesionales inmobiliarios, ya que el 64% de estas compraventas se realizan con la intermediación de una agencia inmobiliaria, según datos de la red inmobiliaria Comprarcasa. A pesar de ello, el porcentaje de los compradores que prefieren arreglárselas sin intermediario sigue siendo algo, probablemente por tratar de ahorrarse los gastos de gestión.
Sin embargo, la compraventa entre particulares no está exenta de riesgos al quitar de la ecuación a los profesionales del mercado que pueden ayudar a ambas partes. Pérdida de dinero, engaños respecto al estado o ubicación de la vivienda, errores en la tramitación o incluso fraude son algunas de las consecuencias que pueden derivarse en este sentido. Por ello, desde Comprarcasa han elaborado una lista de los 8 errores más frecuentes de la compraventa entre particulares para concienciar sobre la importancia de contar con profesionales para algo tan importante como es la elección o venta de una vivienda:
8 errores más frecuentes en la compraventa entre particulares
1. No calcular bien el precio real de la vivienda o llegar a un acuerdo injusto
La experiencia de los profesionales del sector es un factor determinante para saber si una vivienda tiene el precio adecuado dependiendo de factores como la ubicación, el tamaño, la disposición, los extras…Desde la inmobiliaria se encargarán de valorar justamente el producto, evitando así que el comprador pague más de lo que debería o que el vendedor reciba menos de lo establecido. Lo habitual es que los particulares posean menos datos para analizar el producto que los profesionales, por lo que su ayuda aproximara el precio de compra al valor real.
2. Falta de negociación
En muchas ocasiones, las prisas por adquirir o vender un producto o la negativa habitual a negociar por parte de los particulares pueden provocar que se acepten condiciones injustas o, al menos, peores de las que se podrían conseguir. Un profesional inmobiliario es también un experto negociador, que siempre va a tratar de conseguir que el cliente salga lo mejor parado posible. Acudir a una agencia, en este sentido, conlleva, garantizar las mejores condiciones posibles en el acuerdo.
3. Perder mucho tiempo en los trámites legales
Realizar todas las gestiones de manera particular a la hora de adquirir o vender un inmueble requiere una altísima dedicación de tiempo. Un profesional inmobiliario se encargará de la redacción de los contratos, trámites legales, llamadas telefónicas con la otra parte, etc. No solo es más eficaz, sino más rápido.
4. Contratos con condiciones ocultas
La falta de conocimiento sobre legislación inmobiliaria o, simplemente, la mala voluntad de alguna de las partes, pueden provocar que en ocasiones se firmen acuerdos sin tener muy claro qué se está firmando. El profesional inmobiliario posee el conocimiento legal del sector para evitar cláusulas injustas o abusivas para el comprador. Así mismo, puede proporcionar el asesoramiento jurídico y financiero que, en muchas ocasiones, pueden necesitar las dos partes de la transacción.
5. Errores en la tramitación
Los contratos, la escritura del inmueble o el cambio en el registro de la propiedad son solo algunos de los numerosos trámites legales y fiscales de los que hay que encargarse a la hora de comprar o vender una vivienda. Requiere altos conocimientos legales y, evidentemente, los profesionales del sector están mucho mejor capacitados para encargarse de ello. Además del ya mencionado ahorro temporal, actuar con la mediación de una agencia disminuirá de manera notable la posibilidad de cometer errores en alguno de los trámites.
6. Quedarse con la primera opción sin comparar
Todo comprador de vivienda pasa por la tentación de elegir cuanto antes su compra y formalizar la compra cuanto antes. Los vendedores, asimismo, tienen el peligro de querer cerrar la venta al primer comprador que aparece. La ayuda de una agencia inmobiliaria puede servir a ambas partes para elegir bien, a no precipitarse y escoger la opción que mejor le venga a cada uno y no la más rápida.
7. No tener en cuenta todos los gastos que implica ser propietario
Detrás del precio inicial de compra de un inmueble se encuentran los gastos adicionales. La manutención, los suministros mínimos, gastos de comunidad, Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), etc. Es común que a la hora de comprar una vivienda no se tengan en cuenta estos tipos de gastos menores a la inversión inicial, pero que a largo plazo supone una cantidad notable de dinero. Es fundamental tenerlos en cuenta a la hora de valorar este tipo de decisiones, así como contar con la ayuda de un profesional que eche una mano a la hora de gestionar estos gastos.
8. Gastar más de lo posible
Sin la ayuda de un profesional inmobiliario, es probable que la tentación de comprar una vivienda empuje al cliente a gastarse más de lo que debería y, con ello, atravesar problemas económicos.
Estos ocho errores típicos a la hora de comprar y vender una vivienda pueden evitarse con la contratación de una agencia inmobiliaria. En palabras de Toni Expósito, CEO de Comprarcasa, “como sector de referencia para la inversión de muchos bolsillos españoles, tenemos la responsabilidad de ofrecerles un proceso transparente y una buena experiencia de compra. Las agencias inmobiliarias son la única opción de asegurarte de la transparencia de la compra o venta de una vivienda y, además, de que se realizan con éxito”.