Este desconocimiento repercute inevitablemente en la educación financiera de sus hijos, aún más teniendo en cuenta que en España, hasta el momento, no existe un plan público educativo en esta materia. A partir de la adolescencia es cuando se empiezan a tomar las primeras decisiones financieras, a la hora de hacer sus primeras compras o encontrar un primer empleo. Se trata de una etapa clave para infundir entre los adolescentes buenas prácticas de ahorro e inversión a medio-largo plazo. Y aquí surge el eterno debate: ¿quiénes son los responsables de proporcionar esa formación sobre finanzas a niños y adolescentes?
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