Uno de los ejes que tenemos en UCI es la diversidad como motor de desarrollo de la sostenibilidad y la responsabilidad social. Cuando hablamos de diversidad no hablamos de unas normas de convivencia establecidas, ni de que todos somos iguales con independencia de nuestra raza, religión u orientación sexual. Tampoco lo es hablar de respeto hacia lo que nos rodean o de igualdad de género. Hablar de diversidad es mucho más. Es hacerla real en nuestro día a día, tanto en nuestras relaciones personales como profesionales. Es representar a todas las personas en todas aquellas facetas de las que forman parte.
Usa el lenguaje inclusivo para contribuir en la sociedad
El uso de la lengua conforma nuestro pensamiento. Si cumplimos con el uso de un lenguaje inclusivo nos definirá como personas responsables con la sociedad y nos ayudará a avanzar hacia una diversidad efectiva, al final, somos lo que pensamos. El lenguaje es una herramienta que expresa y configura el mundo en el que vivimos, forma parte de nuestra cultura. Esta es dinámica en el tiempo y por eso, el lenguaje también debe serlo, es lo que determina la mentalidad colectiva y la conducta social.
Por eso es importarte se sensibles en materia de diversidad aplicarlo en nuestro día a día.
5 porqués para practicar el lenguaje inclusivo
- Si haces un esfuerzo para pensar en lo que vas a decir no es excluyente, es el primer paso de que estás practicando este lenguaje.
- Además, es una forma de expresarse en la que todas las personas se sienten incluidas. Los haces parte de tu realidad, sin excepciones.
- En base al primer porqué, el leguaje inclusivo es un lenguaje empático y atento a las diferencias.
- Por eso, es una forma de comunicarse asertiva y universal en todas sus formas de expresarse: verbal y no verbal.
- Es una manera de comunicarse respetuosa con todos y todas y no discriminatoria.
Conscientes de cuando no haya opciones
En algunos casos, la búsqueda de naturalidad de los textos y el lenguaje hablado dificulta el uso total del lenguaje inclusivo. Además, hay palabras que se han intentado adaptar a una lengua inclusiva, no cumplen los requisitos inclusivos. Por eso se siguen utilizando, sin caer en un exceso de desdoblamientos.
Aun así, debemos ser conscientes de ello en el caso de utilizarlas finalmente y, sobre todo, que esas palabras no inclusivas, se encuentren dentro de un contexto en el que sí se hayan visibilizado las diferentes realidades y sí se haya utilizado un lenguaje inclusivo que cumpla con la diversidad.
